Título Original: -
Autor: Sōsuke Natsukawa
Serie: Autoconclusivo
Editorial: Grijalbo - Penguin Random House
N° de páginas: 256
El Gato que
Amaba los libros es una de las novedades más reciente de Penguin Random House
que han llegado a nuestro país, un libro que desde inicios de año esperaba
porque debo reconocer que su portada sin duda captó mi atención. A lo mejor las
comparaciones a Ghibli no son del todo correctas (desde mi perspectiva), pero
si un relato que se enmarca dentro del fabulismo, cuyo ritmo calmado y
reflexivo nos presenta una crítica en la forma en la que se producen y consumen
los libros.
El libro tiene
como protagonista a Rintaro, un joven de secundaria que acaba de perder a su
abuelo, algo que lo deja como el único heredero de la librería que ambos
cuidaban, una responsabilidad demasiado grande para un joven tan callado y
taciturno, es por ello que la tía que apenas conoce decide que se lo llevará a
vivir con ella. Rintaro, quien de por sí es una persona muy callada, acepta los
planes sin oposición, pero sintiendo una especie de nostalgia por la librería
en la que aprendió a amar tantos autores, en su duelo, Rintaro recibirá visitas
inesperadas de sus compañeros de colegio, quienes se preocupan por él más de lo
que pensaba, pero la mayor sorpresa vendrá de la mano de un gato parlante, uno
que lo invita a una misión para liberar libros.
Es así como
comenzará el viaje de Rintaro, ciertos días el gato aparecerá y lo llevará a un
nuevo laberinto en el que los libros están apresados por diferentes causas, a
veces irá solo con el gato, otra veces con una compañera, pero en cada viaje
aprenderá más de su amor por los libros y de sí mismo. Los laberintos en sí,
encierran una profunda crítica en contra de cómo se consumen los libros hoy en
día, las razones por las que se leen, cómo se lee, qué son los libros y su
valor emocional o monetario. El libro cae un poco en el tema idealista querer
conservar ciertas nociones nobles asociadas a los libros, pero creo que al final
podemos llegar a un consenso de que la industria literaria necesita tanto de su
parte más comercial y superficial, para ayudarse a publicar textos de variadas
complejidades para todo tipo de públicos.
En sí el libro
no trata de demonizar la industria sino como en favor de prácticas más frívolas
el libro pierde su valor emocional, y por tanto, los lectores pierden los
valores realmente importantes al momento de leer una novela, como la empatía.
Creo que El gato que Amaba los libros es una historia muy bella, si bien un
tanto idealista, pero que también sabe aterrizar sus temas, y si bien comparto
muchas de las enseñanzas de este, las entiendo a nivel intelectual porque
emocionalmente no pude conectar con el libro, su estilo o narrador, a lo mejor
lo leí en un mal momento, pero el estilo tipo ‘El Principito’ no me cautivó en
esta ocasión, muy aleccionador, pero sin corazón. No obstante, eso no cambia el contenido y las lecciones que
debemos recordar como lectores.
Así que si tienen ganas de sumergirse en este mundo lleno de realismo y fantasía, que no es más que una oda a los libros y su incalculable valor emocional, denle una oportunidad a El Gato que Amaba los libros.
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