Título Original: -
Autor: Lucía Ramírez
Serie: Autoconclusivo
Editorial: Minotauro - Planeta
N° de páginas: 227
Laguna Negra es la novela debut de la autora
chilena Lucía Ramírez, un libro que de inmediato cautiva por su llamativa
portada y por la premisa de brujas chilenas conviviendo en lo cotidiano con el
resto de los mortales. Nunca sé que esperar de los libros chilenos, a veces voy
con prejuicio, a veces con esperanza, en el caso de Laguna Negra me encontré
con algo distinto, pero al mismo tiempo familiar y eso sin duda fue el ganche
que necesitaba.
Nuestra protagonista es Consuelo, la oveja
negra de una antiquísima familia de brujas que habita al sur de Chile en Laguna
Negra, la magia de estas proviene de Gaia, la madre tierra, y durante años han vivido en relativa paz con las machis nativas quienes también son usuarias
del mismo tipo de magia, siempre por la línea femenina, magia matriarcal.
Consuelo se diferencia de su familia porque jamás acudió a ella un espíritu/animal
familiar y por lo tanto no tiene como canalizar su magia. Debido a esto la
forma poco compresiva, lastimera y condescendiente en que la trata el resto de su familia
Consuelo ha desarrollado un coraza en la que siempre está a la defensiva con un
humor ácido que le ha permitido subsistir, y también se ha especializado como
‘bruja’ charlatana de redes sociales que atrae incluso más clientela que las
habilidades reales de sus hermanas.
El cambio que se presenta en Laguna Negra viene
de una nueva familia, una proveniente de New Orleans y que práctican el
vudú, la magia se obtiene por medio de los espíritus de los ancestros y a la
cual tienen acceso los hombres, algo que no le sienta bien a la familia de
Consuelo ni a las machis del lugar. Consuelo se ofrece de voluntaria para
espiar a la nueva familia y es así como conoce a León, un joven amable quien le
abrirá las puertas de su tienda como si fueran grandes amigos, y ahí, gracias a
un libro antiguo, Consuelo comenzará a planear como obtener su familiar, ya sea
por las buenas o por las malas.
Cosas que me llamaron la atención de este libro
en cuanto lo empecé, en primer lugar, los chilenismos, muchos autor@s prefieren
escribir sus libros de la forma más neutra posible, pero Lucía abraza los
chilenismos y crea divertidos juegos de palabras como Gaia, la Gaya. Esto se convierte en parte
importante de la identidad de la novela que establece enseguida su tono y
ritmo, casi evocando Aquellare (Serie Chilena) con magia, secretos y disputas
familiares que jamás son más grandes que la lealtad del clan.
Consuelo como protagonista podría ser definida
como una astuta charlatana, abiertamente rencorosa, dicharachera y decidida, no son características que se suelan asociar a una protagonista 'heroína', pero Consuelo no pide
ni perdón ni permiso y la entiendo, no la calificaría como mala, sino que un
personaje gris que actúa en base a motivaciones entendibles, en comparación el
resto de su familia se siente casi unidimensional.
En cuanto al final, a lo mejor se alargó un poco la revelación de cierto evento que se presagiaba páginas atrás, pero cuando llegó no decepcionó, es más, me hubiese gustado saber más, quedé con gusto a poco, como si este tan solo fuese el epílogo de una historia más grande. Así que si quieren darle una oportunidad a un libro con mucho gusto a familia chilena, tradiciones, magia y tragicomedia, creo que Laguna Negra podría ser una opción a considerar.
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