Título Original: -
Autor: Alice Kellen
Serie: Autoconclusivo
Editorial: Titania - Ediciones Urano
N° de páginas: 345
Alice Kellen
es una de las grandes autoras españolas que viene precedida de una gran
reputación y si bien he encontrado algunas lecturas entretenidas entre sus
publicaciones, no había hecho el click que la mayoría parecía hacer con la
autora. A estas alturas ya me estaba resignando a que en realidad jamás iba a
llegar a un libro que dijera ‘wow’, pero lo encontré y es El Día que Dejó de
Nevar en Alaska.
El libro
tiene como protagonista a Heather, una joven de veintidós años que llega
escapando a Alaska de San Francisco, de su familia y de todos los errores que ha
cometido. Es así como termina en Inovick Lake, un pequeño pueblito en el que
todos se conocen y una desconocida es una novedad, pero lejos de amedrentarse,
Heather establece una buena relación con su vecino John, casi un hermitaño,
pero con un gran corazón y quién la ayuda a encontrar trabajo en el bar Lemmini
donde conocerá a Seth y a Nilak. Será este el último, con su mal humor, pocas
palabras y sombría presencia quién intrigará a nuestra protagonista, pero ambos
tienen pasados con dolorosos recuerdos y secretos que no quieren decir. ¿Será
Alaska el lugar donde sanen o el testigo de un nuevo corazón roto?
Honestamente
no esperaba nada de este libro, pero desde el inicio me vi cautivada por las
descripciones de Alaska, me encantan los lugares fríos y la autora se encarga
de presentar el lugar en su etapa más ‘calurosa’ para pasar a la inclemente
nieve. En sí el libro no tiene acción de forma convencional, en realidad es un
relato muy cotidiano de Heather ajustándose a una nueva vida donde se tiene
solo a sí misma, creando rutinas y estableciendo lazos con la comunidad, pero
creo que es suficiente con eso. La forma en que vamos conociendo a los
personajes, protagonistas y secundarios, y en la que aprendemos a conocer sus
demonios me pareció super bien desarrollada.
Heather lejos
de escapar debido a una ruptura amorosa, huye de una amistad tóxica que sacó lo peor
de ella por muchos años en nombre del amor, creo que esto lo hemos experimentado todos en algún
momento, tener una amigo/a que nos hace daño por palabra o acción, pero siempre
lo perdonamos porque ‘hay cariño’, pero llega un punto en que no es suficiente,
sobre todo cuando las acciones dañinas empiezan a afectar a otros. Heather
jamás pone toda la culpa en su amistad, pero sí reflexiona que su falta de
autoestima le llevó por el lugar equivocado y ahora no sabe cómo perdonarse,
cómo retomar el camino y darse otra oportunidad.
Por otro
lado, tenemos a Nilak, un personaje que al inicio apenas habla y que cuando lo
hace siempre es para soltar comentarios antipáticos, no se justifica su actitud
pero si tiene razones para alejar a todo el mundo y eso es algo que
descubriremos con el pasar de las páginas. John, Seth, Sialuk, Naaja y la amistad sin condiciones
que le ofrecerán a Heather serán muy sanadores, e incluso su familia desde San
Francisco que la contactan siempre que pueden.
Dentro del
proceso de sanación de Heather encontrará consuelo en las novelas, en
específico de romance, y es que si bien Heather jamás ha sido una lectora se
descubrirá como una en este lugar sin conexión a internet o televisión. Su otro
gran consuelo vendrá de parte de Caos, un cachorro que le dará ánimos en los
momentos más duros y que además le brindará propósito y el última instancia la
hará acercarse a Nilak.
El día que
Dejó de Nevar en Alaska es una novela altamente emotiva, pero no porque tenga
una gran cantidad de acción sino por los sentimientos de sus personajes y sus
experiencias pasadas, poco a poco los vemos dejar el pasado atrás y comenzar
una nueva etapa de sus vidas, si quieren una lectura dulce y realista, con una
gran atmósfera y descripciones, acá tienen un libro perfecto para eso.
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