Título Original: Maddaddam
Autor: Margaret Atwood
Serie: Maddaddam #3
Editorial: Salamandra - Penguin Random House
N° de páginas: 528
Durante el mes de octubre llegó una de mis lecturas más esperadas del año, Maddaddam, la última entrega de la trilogía del mismo nombre escrita por Margaret Atwood, y si bien la novela mantiene un buen nivel ritmo narrativo, carece de lo que estaba buscando, más respuestas acerca de las razones de Crake, qué pensaba Oryx o más acerca de los experimentos.
El libro nos
lleva poco después de los eventos del anterior, finalmente Jimmy, los Crakers,
Toby, Ren y los maddadamitas que encuentran, pero los ánimos no son los
mejores, los paintbolistas han escapado y son un peligro al igual que los cerdones,
Amanda está traumatizada por su tiempo cautiva por los paintbolistas, Jimmy
está muy enfermo, y al parecer un evento que malinterpreté en el libro anterior
fue mucho peor de lo expuesto.
No obstante, Toby, uno de los personajes con más fortaleza del libro anterior se hace cargo de la narración en este, algo que no es del todo malo, pero que debido al cambio de enfoque de la autora se vuelve muy tedioso. Toby es una mujer enamorada, torpe, dependiente y obsesiva, trata de comportarse, pero todos en el grupo están involucrados en una especie de pelea romántica sin fin y la verdad me apena ver que en eso se convirtieron los últimos seres humanos, no que no sea realista, pero la historia podría haber sido algo más que eso. Toby nos narra el día a día, los nuevos cambios que quiere implementar y a su voz se suma la de Zab quién nos cuenta más de su vida y la de Adam1, una conexión interesante, pero no lo suficiente como para llevar la trama.
Mi error fue asumir que íbamos a continuar con el tema de la ciencia entrelazado con los eventos que conllevaron a la extinción casi total de la humanidad, pero en este libro podríamos decir que la trama evoluciona a un semi-resurgimiento de la humanidad y el establecimiento de una pseudo sociedad que incluye a los crackes, algo muy interesante dado las diferencias entre estos y los humanos, pero aun así no suficiente.
Así que podemos concluir que tengo una relación de amor odio con este libro porque logró conmoverme, más que nada porque amo el mundo y me da pena dejarlo, pero también duele la decepción de haber esperado más porque la autora nos dio una historia mucho más compleja en sus dos primeros libros.
Aun así como un total, esta trilogía se posiciona como una de mis lecturas favoritas de este año y que encantaría releerla más adelante, ahora con una visión distinta del relato y el mundo que creo Atwood, y que comparte demasiadas similitudes con el nuestro.
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