Título Original: Ariadne
Autor: Jennifer Saint
Serie: Autoconclusivo
Editorial: Umbriel - Ediciones Urano
N° de páginas: 352
Del variado catálogo que este mes nos dio Ediciones
Urano Chile, una de mis novedades más esperadas era Ariadna de Jennifer Saint,
su novela debut y una reinterpretación del mito griego del minotauro, pero
desde el punto de vista de Ariadna, un personaje que se suele relegar a la
sombra. No sé que tan familiarizados estén con este mito, pueden buscar info al
respecto ya que técnicamente no son spoilers, pero el libro se basa en varias
interpretaciones del canon griego para dar un camino a esta historia.
Jennifer Saint escribe precioso, fue lo primero que noté cuando comencé a leer Ariadna, cada palabra en este libro está impregnada de una infectiva nostalgia que va a tono con las tragedias que suelen rodear las historias griegas, en la narrativa de la autora hay algo casi lírico y musical, y eso es un plus al momento de leer una historia ya conocida.
La narradora principal del libro es Ariadna, una joven que con los años ha aprendido a decepcionarse de los hombres, los dioses y la vida, pero acepta este hecho con resignación sabiendo que una humana poco o nada puede influir en un tablero de juego tan grande, la humillación de su madre nacida por la soberbia de Minos la obsesiona y la frustra, pero Ariadna es un personaje naturalmente poco confrontacional, su fortaleza es interior y lo mismo es su desarrollo. Cuando conoce a Teseo por primera vez desea algo para sí misma, desea hacer algo al respecto del monstruoso legado de su padre, por lo tanto ingenua y enamorada confía.
El camino de Ariadna desde entonces se complica, es abandonada y no sabe que esperar, la ayuda llega de una fuente inesperada e imprevisible, nuestra protagonista deberá aprender a confiar de nuevo, y lo hace por la simple razón de que desea sentirse amada y protegida, anhela la domesticidad de una vida tranquila, un hecho que se le ha criticado mucho a la autora en su retrato del personaje, pero que me parece perfecto. Estamos en un momento en los que los libros dan preferencia al feminismo encarnado en una protagonista guerrera que sepa cada forma de pelea, mientras que el personaje que represente la maternidad, la seguridad, el compañerismo, la sororidad, el hogar, todo eso se ve como una debilidad…ahí me queda claro que aún no se entiende el mensaje del feminismo, de que querer ser una guerrera o una madre es igualmente válido mientras sea tu decisión. Ariadna es un personaje sufrido e ingenuo, pero no tonta, sabe que vive en un mundo difícil y que sus opciones son limitadas, pero elige creer. Cuestiona sus decisiones y sentimientos, pero aun así elige creer y creo que con todo mi cinismo, me gusta la forma en la que no se da por vencida en ese sentido.
Fedra es la hermana menor de la protagonista y también tiene parte de la narración, es una joven valiente, atrevida y con ánimos de cambiar las cosas, manipuladora y astuta aprende que el poder es un bien que puede servir para muchas cosas, por tanto olvidando todo el horror de su infancia y el paradero incierto de su hermana se embarca en su propio viaje, un tanto desilusionada porque también cayó en la misma trampa que Ariadna, pero decidida a ver el lado positivo de este hecho. Fedra ha sido el personaje favorito por la mayoría, encarna a la perfección las partes más ‘positivas’ del feminismo, ser combativa, tener una voz fuerte, etc, pero es un personaje que en lo personal me generaba mucha tristeza, jamás fue feliz, su maternidad no fue deseada y la hacía desgraciada, se volcó en la política y aun así vivía deprimida, Ariadna tenía una comunidad femenina con la cual apoyarse, pero Fedra no tenía a nadie y en última instancia esa fue su perdición, me hubiese gustado que la autora profundizara un poco más en las razones por las que Fedra actuó como lo hizo al final según el canon, pero a partir de entonces seguimos solo con Ariadna.
Como les comentaba al inicio, el libro es una reinterpretación bastante fiel del mito original, solo que ahora conocemos la voz de esos personajes periféricos trágicos que al final solo son recordados por su rol como secundarias en el mito de Teseo, pero todos esos personajes secundarios fueron los protagonistas de sus propias historias y acá finalmente vemos su punto de vista. El libro tiene una narración muy pausada, si ya conocen el mito no sucederá mucho que no conozcan, pero la forma en la que está narrado sin duda le da personalidad propia a la historia.
Ariadna se ha convertido en una de mis mejores lecturas de Octubre, si les gusta la mitología griega se los recomiendo un montón, es una historia preciosa, bien narrada y que se toma su tiempo construyendo, analizando y mostrando no solo un mito, sino que una realidad histórica ineludible para muchas mujeres que acabaron como sombras detrás de los grandes hombres que hicieron historia.
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