Opinión:
Durante el mes de noviembre llegaron varias novedades interesantes al país pero ninguna causaba tanta expectación entre los lectores de fantasía épica como ‘El Priorato del Naranjo’, novela autoconclusiva de la autora Samantha Shannon que sido catalogada como la sucesora feminista de Tolkien, una afirmación que casi siempre está condenada al desastre. Leí este libro en un mal momento, estaba enferma y por tanto la lectura se me hacía muy lenta, interesante pero carente de estructura, una novela con mucho potencial pero que no pudo alcanzarlo en su totalidad.
La primera vez
que supe de este libro fue hace más de un año, y es que las Advance Reading Copy
fueron enviadas a los lectores con mucha más antelación de lo usual, erróneamente
supuse que eso significaría que el libro iba a entrar en una segunda fase de
edición y corrección, que tal vez lo hizo, pero siento que ese era el momento
para que mejoraran varios aspectos del libro.
El Priorato
del Naranjo se desarrolla en un mundo divido no por colores políticos sino por
creencias religiosas, estas diferencias
irreconciliables han cerrado fronteras y líneas de comercio debido a la
desconfianza e ignorancia. Una de estas naciones es reinada por Sabran Berethnet
IX, cuya sangre divina se remota a los
años del Santo y de cuya descendencia depende que siga encadenado el Innombrable,
un mítico wyvern que mil años atrás fue derrotado por su antepasado. Sin embargo,
las señales están apareciendo a través de todo el mundo, los wyvern están
despertando anunciando que su amo pronto se levantará.
La historia
está narrada por cuatro puntos de vistas, en primer lugar tenemos a Ead Duryan
es una extranjera proveniente del Oeste, considerada una hereje se debe
convertir a la religión de las Virtudes para poder servir como dama de compañía
a la reina Sabran y cumplir con su verdadero cometido, protegerla de los continuos
intentos de asesinato. Ead pertenece a un culto secreto llamado el Priorato del
Naranjo, compuesto por mujeres que practican la magia y siguen los edictos de la Madre, personaje
histórico que en diferentes culturas cumple diferentes roles y en el suyo es el
de la verdadera libertadora que derrotó al Innombrable.
El segundo
personaje en Tane, que nos da la perspectiva del Este en donde los dragones son
venerados y se hace una diferenciación entre estos y los wyvern. Tane es una
joven perteneciente a las castas más humildes y por eso entrena muy duro para
convertirse en un jinete de dragón, una posición privilegiada. No obstante, un
error cometido por el nerviosismo compromete su futuro y Tane hará lo que sea
por asegurar que su meta se cumpla.
El tercer
personaje es Loth, mejor amigo de la reina Sabran que es enviado al exilio en una
‘misión diplomática’ para poder alejarlo de su lado debido a los rumores
(falsos) de un amorío entre ellos. El exilio de Loth lo pondrá cara a cara con
el peligro, algo inimaginable para un noble como él, pero estas aventuras le permitirán
abrir su mente y ofrecerle ayuda a su gran amiga.
El cuatro
personaje es Ross, un alquimista y médico caído en desgracia con la reina
Sabran quien lo envió al destierro a una pequeña isla en el Este, Ross es el
narrador de más edad, por lo tanto más cínico, es escurridizo y cuando su
destino se ve entrelazado de forma conveniente con el de Tane, ve su
oportunidad para escapar de la miserable vida que lleva actualmente
A pesar de que
el libro está narrado por estos cuatro personajes no se puede negar que el peso
de la historia se lo lleva Ead, lo cual no es algo malo porque es un buen
personaje, encarna todas las concepciones clásicas de heroísmo y autosacrificio
por el bien mayor. Tane es un personaje ligeramente más gris, por su
inexperiencia comete errores perjudiciales y su desesperación por cumplir su
meta la impulsan por caminos complicados. Loth es otro personaje que encarna
los preceptos de caballería, nobleza de espíritu, es un personaje bueno y nada
más, me agradó pero al igual que con Tane siento que no se desarrolló mucho al
personaje. De todos, Ross es al personaje que mejor podría haber entendido, me
gustan los personajes ambiguos que debido a su contexto y experiencias se
comportan de cierta manera, pero con Ross no pude empatizar, había algo que me
desagradaba en él.
De los
personajes secundarios, tenemos a la misma reina Sabran, que a pesar de todo es
una de las que demuestra más desarrollo a lo largo del todo el libro, al inicio
me era indiferente pero no puedo negar que le tomé cariño porque es el
personaje trágico por excelencia. Existen muchos otros personajes secundarios,
pero siento que sus apariciones se limitaban a hacer algo conveniente a la
trama y desaparecer, por lo tanto no los considero lo suficientemente ‘reales’
como para mencionarlos.
Si quisiera
trata de sintetizar la trama diría que este libro es acerca de la deconstrucción
religiosa y mitológica, vemos diferentes naciones con creencias totalmente
contrarias pero que comparten personajes e historias, cada una creyendo que la
suya es la real hasta que los protagonistas comienzan a develar la verdad. No
obstante, los hilos que va tejiendo la autora para ir uniendo la historia
quedaron muy separados, siento que Samantha Shannon planeo tanto su libro y que
todo ‘calzara’ a la perfección, que le quitó la sorpresa, un personaje x en una
tierra lejana hablaría de un hecho sospechoso que en el siguiente capítulo otro
personaje descubriría en otra nación, y así durante todo el libro, por tanto las
revelaciones no se sentían como tal porque eran sumamente predecibles, muy
fáciles. El libro tiene tantas páginas pero la construcción
religiosa/mitológica/cultural es sumamente limitada y simple, posee muy pocos
elementos por lo tanto era muy fácil hacer las conexiones.

Otro tema que
me desconcertó bastante fueron los viajes de los personajes, el libro se supone
se desarrolla a lo largo de bastante tiempo, pero si no fuera porque la autora
lo dice, y porque obviamente todo está muy lejos de todo diría que los eventos
sucedieron en el patio trasero del castillo en el trascurso de una semana
porque no hay sensación de temporalidad, los personajes emprenden viajes largos
a otras naciones, por medio de desiertos, mar, pero las descripciones de estos
viajes son tan parcas que no los sientes. Personaje x viajó al otro lado del
océano en tres líneas y ya llegó a destino sin inconvenientes, listo. En este
caso me remito al hecho de que todo se solucionaba muy rápido en el libro ¿hay
un problema en el palacio? Solucionado ¿repercusiones? No nos concentremos en
eso, ya ajusticiamos a los responsables, todo está bien. Así una y otra vez.
Uno de los
puntos que rescato del libro es que si bien hay poco romance, sorprendentemente
me gustó mucho el desarrollo de este, es una pareja LGBT y me encantaron sus
interacciones. La otra pareja LGBT del libro es Ross con su antiguo amor y lo
cierto es que también me gustaban mucho los flashbacks entre ambos, creo que si
bien Ross no era mi personaje favorito, en sus recuerdos si podía sentir su
dolor y eran los únicos momentos en los que podía empatizar con su situación.
Ahora, el tema
del antagonista creo que fue otro problema, tenemos un antagonista general,
odiado por todas las naciones pero que aún está dormido y son sus esbirros los
que siembran el caos. No obstante, durante todo el libro el ‘Innombrable’ se
limita a ser una presencia de ‘amenaza’ pero en ningún momento se siente real, en
ese caso el papel de antagonista recae mejor en otro personaje que es más
recurrente, pero que al fin y al cabo también se sintió más como una presencia más
que una verdadera amenaza. Entre tantas páginas de construcción (hilos finos
como los de una telaraña, no es una construcción firme de mundo) a veces se perdían
los antagonistas y se los olvidaba en pos de villanos menores, fácilmente
manejables que hacían avanzar la trama.
Sé que puede
parecer como que no disfruté la novela, pero en realidad tenía buenos
personajes y una historia con potencial, el ritmo en las primeras 120 páginas
es lento, demasiado introductorio y en cierta forma se mantiene hasta el final,
pero aun así quería saber qué sucedería. Con todo esto quiero aclarar que no es
una mala novela, es buena pero solo se queda en eso y si bien considero al
libro un fantasy, no lo elevaría a high fantasy, la propuesta, personajes y
mundo son demasiado básicos para poder serlo. Recomendaría este libro a aquellos
que están empezando con el género y quieren aventurarse a algo un poco más
largo, después de todo este libro parecen cinco libros en uno.
En cuanto a edición, es una preciosidad en tapa dura, con detalles en metalizado en la ilustración del dragón en la portada, incluye mapas, índice de personajes, glosario y cronología (que me sirvieron un montón para hacer la reseña), así que no hay duda que tiene un aspecto muy atractivo para regalo o autoregalo.
Así que en términos
generales, El Priorajo del Naranjo es una novela ambiciosa, que tenía una idea
simple pero que pretendía ser más de lo que era, una novela de fantasy con muchas
páginas, que cautiva a pesar de todo, entretenida y con personajes femeninos
muy fuertes. Si les gustan los libros acerca de dinastías, antiguas guerras entre
el bien y el mal e intrigas políticas, harían bien en darle una oportunidad a
este tocho.